Pingüino. Rosario.

En la mañana del miércoles 27 de Octubre de 2010 falleció Néstor Carlos Kirchner debido a un paro cardiorespiratorio. Fue el presidente nro.. 54 de nuestro país, tomando el mando en 2003 y desempeñándose en ese cargo hasta Diciembre de 2007. Mas allá de ideologías políticas y desavenencias, ha muerto un personaje que marco a la nación, para bien o mal, en múltiples aspectos. No soy yo quien debe hablar de sus aciertos o de sus fallas, pero tuve oportunidad de estar con el en un par de oportunidades y solo puedo acotar que era una persona única. Por personalidad, por convicción o por actuación, no pasaba desapercibido. En los minutos que compartí con el en su despacho de Casa Rosada, fue avasallante, como era en la política. Decidido, firme, sin hesitar. Una topadora. Tanto que uno no sabia si creer o huir despavorido.

No me interesa hacer el circo de enaltecer al muerto y transformarlo en un icono de todo lo que es bueno. Tampoco creo que la muerte nos debiera redimir. La muerte es quizás lo único puramente igualitario que existe. Sin barreras de condición y mucho menos filtros de intenciones o de merecimientos. Néstor Kirchner ha muerto y solamente ha cambiado en mi un sentimiento de respeto hacia ese mero hecho. No creo que la muerte sea una suma de merecimientos en un curriculum por cierto discutible. Fue un gran hombre, sin duda, Un padre, un esposo. Un político. Pero que haya muerto no es razón para subirse a ese carro tan argentino del endiosamiento y el ridículo cliché de lavar todo con el agua turbia de la muerte. Hay que respetar la perdida, porque detrás del político había un hombre, de familia, con seres queridos que lo necesitaban, y eso debería ser lo importante. Lo demás es un exitismo político tan rancio que durante décadas ha llevado a esta gran nación al horrible pozo de la eterna rivalidad, que hace a los partidarios transformar los cadáveres en automáticos dioses populares y a los contrarios sentirse cómplices de la parca y reír pensando que esa muerte es un triunfo personal.

Repito, mas allá del espectro político, Néstor Kirchner fue una persona distinta, de aquellas de las que nuestro país cada vez adolece mas. Respeto mucho a la gente que defiende y lucha por sus ideales hasta las ultimas consecuencias, mas allá de que comparta o no sus ideologías. Durante su presidencia le toco bailar con la mas fea, y tuvo el coraje y la decisión política de tomar el timón y llevarnos hacia un rumbo que la historia juzgara acertado o no. De su boca salió una frase que lo pinta de cuerpo entero, y que si mal no recuerdo decía algo así como: “hay dos caminos, el equivocado y el nuestro”.

Sinceramente espero que si esta muerte debiese servir para algo, sirva para hacernos entender de una vez por todas, que todos vivimos en este país, y que –de acuerdo o no tanto- debemos tirar todos para el mismo lado, y por Dios, dejar de lado la enfermedad del River-Boca, Peronistas-Radicales, Campo-Pueblo y todas nuestras apáticas luchas que solo llevan a la violencia, segregación y odio… y por ende al fracaso como nación.

Esta foto es del lanzamiento nacional del Frente para la Victoria en la cancha auxiliar de Newell’s Old Boys en Rosario en el año 2005. Campaña para los diputados y senadores donde estaba el actual presidente Kirchner y su esposa, quien tomaría el bastón presidencial 2 años después. La gente, como es común en este tipo de actos, desbordaba la cancha y entre la multitud, divise esta cabeza de pingüino que un hombre ornaba en clara alusión al hoy extinto Néstor Kirchner. Hoy, entonces, coloco esto aquí como un recordatorio personal del fallecido ex-presidente.